Viaje sombrío de placeres y andares,
psiconauta del deseo ferviente de ilusión,
vagando entre laureles, rosales entre espinas,
divaga mi silencio en abúlica razón.
Sinsentidos elocuentes de amorfas siluetas,
recrea mi inconsciente el vivo resplandor,
y renazco en silencio de gritos subsecuentes,
agónicos momentos de impúdica pasión.
Busco el motor del camino más silente,
que me guie en el camino del pasado más atroz,
cuando al volver la vista atrás encuentro mi presente,
que se obstina a recordarme el norteo de mi voz.
La brújula he perdido no encuentro el ingrediente,
que me ayude en este viaje de intensa abducción,
que libere mi mente de fantasmas avenientes
y me lleve al paraíso de intrínseco dolor.
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