Laberinto

Siento frio al caminar ausente de mí, viajo en este andar sin camino fijo, sin rumbo cierto. El gélido viento acaricia mis mejillas cuando te escucho suspirar y la sensación de escalofríos que me consumen por dentro hacen esa caída mas inerte, más sublime, es un pasadizo donde mi inconsciente te nombra entre recuerdos que llegan a oleadas, que se esfuman tras el recuerdo del mar, nuestro mar, ese que nos dijo que estaríamos juntos en la eternidad de un instante que se esfumó, que se perdió como el silencio de tu cuerpo, susurrando un beso tibio en mi frente. Soy extranjero de mi mismo, no concibo un espacio sin luz al anochecer de un pasado fugaz, que me dejó esperando, a la expectativa de un “nunca” en el estruendo de un “jamás”.